Siendo casi mi séptimo mes de embarazo he optado por sumergirme en temas relacionados con este proceso tan bonito en mi blog porque a nivel psicológico hay muchos conceptos a comentar. Espero que os ayuden. Empezamos con cómo mantener la “llama” en la pareja incluso en el embarazo y posteriormente.

Las relaciones de pareja son fuente de preocupación en numerosas ocasiones durante el proceso de gestación. Existen muchos miedos relacionados con esto, por ejemplo: cómo perjudicarán a la pareja los cambios físicos de la mujer, si dispondrán de tan poco tiempo que descuidarán los momentos destinados a la pareja, cómo será la nueva organización económica o la repartición de las responsabilidades con respecto al nuevo miembro de la familia.

En casos como estos es muy importante tener en cuenta los antecedentes en la relación y los argumentos que les han llevado a tomar la decisión de ser padres (suponiendo que ha habido una decisión detrás). Sin embargo, a continuación, comparto con vosotros algunas recomendaciones generales para todos los casos que os pueden ayudar a seguir cuidando de la pareja durante el embarazo y a posteriori:

  • Espacio solo de la pareja: desde el inicio del embarazo el bebé empieza a ser el gran protagonista de nuestros días y nuestras conversaciones. Nada fuera de lo normal. Sin embargo, en ocasiones que sea el bebé el monotema hace que el espacio de la pareja quede totalmente apartado. Es importante que siga habiendo conversaciones en las que os preocupéis el uno por el otro, os preocupéis por vuestro ocio juntos y haya un espacio en la conversación solo para vosotros dos. Aunque a veces sea difícil, no hace falta hablar constantemente del bebé.
  • Comunicación elevada a infinito: puede que este sea una de las etapas en la pareja en la que más comunicación hace falta. Es muy importante que seáis un apoyo entre vosotros. Recordad que ambas partes estáis experimentando cambios y cada uno tiene distintas preocupaciones. En esta línea es absolutamente relevante que os sintáis cómodos expresándoos con vuestra pareja, sin sentiros juzgados. Por ejemplo: a uno le puede preocupar más cómo va a influir el nacimiento del bebé en la relación la pareja, al otro cómo va a influir en su vida social, o puede que uno de los dos esté más centrado en cómo irá el parto y el otro en temas organizativos como una niñera o la guardería. Todo es necesario ponerlo sobre la mesa de forma tranquila.
  • No olvidar los detalles y el cuidado del otro: tal y como comentábamos es frecuente que nos centremos en nuestro bebé (por otro lado, también es necesario), pero debemos ponernos una alarma en nuestro cerebro para recordar la importancia del mantenimiento de los detalles en la pareja y el cuidado del otro. Es importante que esas cositas que a veces damos por hecho las mantengamos y las reforcemos en este periodo. Por ejemplo: si antes os ibais cada viernes a cenar juntos y ahora estáis muy liados por los preparativos, aun así intentad sacar ese espacio.
  • Decisiones en conjunto con respecto al bebé: traer un bebé al mundo es un proyecto de ambos, por tanto, aunque a veces las madres (por el rol tan activo que tenemos durante la gestación) tendamos a hacernos cargo de numerosas decisiones es importante que echemos el freno y que todo aquello que podamos decidir en conjunto con nuestra pareja lo llevemos a cabo de esa forma. Por ejemplo: nombre del bebé o los colores y la decoración de la habitación.
  • Celebrad juntos los avances: es muy importante que como pareja conectéis con aquello que os hizo tomar la decisión de ser padres. Una vez hayáis conectado con ello, seguid por ese camino y todos los avances que vayan apareciendo en el proceso celebradlos juntos. Por ejemplo: que salgan bien las ecografías y todas las revisiones, su primera y posteriores pataditas, los regalos que os vayan haciendo los familiares y amigos y absolutamente todo lo que os podáis imaginar que represente un avance en el proceso de gestación.
  • No tenerles miedo a las relaciones sexuales: si por lo que sea (teniendo en cuenta que las hormonas hacen un efecto importante) no te apetece mantener relaciones sexuales, no pasa absolutamente nada, y por supuesto no tienes que forzar la situación para “cuidar” la relación. Lo importante es decirlo y que ambas partes lo aceptéis y os apoyéis. En esa línea sigue siendo positivo que, aunque no mantengáis relaciones sexuales como tal sí dispongáis de momentos de intimidad y haceros sentir entre vosotros deseados. Por otro lado, a veces las parejas tienen miedo de mantener relaciones íntimas porque temen hacerle daño al bebé, es importante consultarlo con el médico, pero en principio no existe ningún tipo de riesgo.

 

En conclusión, esta etapa genera un mundo de emociones y es muy importante que ambos os cuidéis. Es importante seguir en esta línea para que posteriormente incluso tras el nacimiento del bebé se mantenga esa “llama”. Recordad: ahora más que nunca sois un equipo.