¿QUÉ ES?
Se trata de un trastorno en el que predomina la insatisfacción por la cantidad o la calidad del sueño, asociada a uno o más de los siguientes síntomas:
- Dificultad para iniciar el sueño.
- Dificultad para mantener el sueño, que se caracteriza por despertares frecuentes o problemas para volver a conciliar el suelo después de despertar.
La dificultad del sueño se produce al menos tres noches a la semana durante un mínimo de tres meses. A veces se produce por cómo es la calidad del sueño, por ejemplo: pueden influir las pesadillas o terrores nocturnos.
- Diferencias entre pesadillas y terrores nocturnos:
Durante un terror nocturno, un niño puede incorporarse y sentarse en la cama súbitamente y ponerse a gritar como si estuviera sumamente angustiado. La respiración y el ritmo cardíaco se le pueden acelerar, puede empezar a sudar, a agitarse y a comportarse como si estuviera sumamente alterado y asustado. Al cabo de unos minutos o algo más, el niño se calma y se vuelve a dormir normalmente.
A diferencia de las pesadillas, que se suelen recordar, al día siguiente los niños no tienen ningún recuerdo del terror nocturno porque estaban dormidos mientras ocurrió.
Las pesadillas son un tipo de sueño, en cambio un terror nocturno no es un sueño desde el punto de vista técnico, sino más probablemente una súbita reacción de miedo que tiene lugar durante la transición de una fase de sueño a otra.